Laberintos versus Jardines

Luis María Iglesia nos presenta su blog Laberintos versus Jardines para la categoría de Blogs de profesores y profesoras.

“El laberinto constituye una construcción mental-visual que se materializa en un modelo esquemático como mandala lineal en el que son posibles recorridos psico-físicos. La experiencia del camino hacia el mundo también es un camino hacia el interior de uno mismo. Un espacio mínimo e interior que se abre al mundo.

El jardín establece otra fórmula, cuyo discurso puede oponerse al laberinto, en este caso es el mundo que se condensa, a través de un proceso de domesticación en arquitectura ánimo-mecánica. El jardín nos ofrece una sublimación del mundo o la naturaleza y en el laberinto se produce una descongestión, es espacio que parece ampliarse hacia el infinito.

Concentración y dispersión, ambos habitan en el alma del artista, en sentido etimológico versus, al contrario que funcionalmente, no significa “contra” sino “ir hacia”, aquí también se produce otra dualidad que podríamos llamar hipertextual.

Laberintos versus jardines, es el territorio en el cual confluyen los análisis y los proyectos sobre dos paradigmas representacionales que configuran parte de las creaciones humanas. Donde se condensan sugerencias, expresiones y proposiciones vinculadas a algunas de nuestras motivaciones sociales y personales, en la música, en la filosofía, en la arquitectura, en el diseño y en cualquiera de las modalidades de arte”.

Con este mensaje se presenta el blog - LABERINTOS VERSUS JARDINES -, el blog es gestionado por Luis María Iglesia, profesor y jefe del departamento de dibujo del I.E.S. Politécnico Hermenegildo Lanz de Granada. El blog pretende ser una ventana hacia el arte en general y se nutre de producciones e informaciones variadas proporcionadas colectivamente por los alumnos y el profesor, es por tanto a la vez una ventana, que también proyecta alguna luz hacia el exterior y que nos sirve como un pequeño escaparate donde observarnos desde los recovecos, las entradas y salidas del laberinto, desde la calle, que es también un jardín a cultivar.